Actualmente gracias a la ciencia, a la tecnología, la cibernética, y los medios de comunicación, el hombre y la mujer del siglo XXI han logrado grandes adelantos en la línea de comunicación por medio de los avances tecnológicos. El hombre y la mujer de hoy, se pueden enterar rápidamente de los diferentes acontecimientos que suceden en torno a él / ella o también, lo que está sucediendo o experimentando el mundo entero en cuestión de segundos, o minutos u horas. De igual manera puede transmitir un mensaje y recibirlo de otro continente, país, ciudad o pueblo. Las líneas de comunicación son bastante adecuadas y cuentan con la capacidad para dar a conocer lo que está pasando respecto a cualquier realidad del mundo. Digámoslo, en otros términos; si alguien desea saber lo que hay en su entorno o realidad, o situación en donde actualmente se mueve o está radicando o viviendo o existiendo, puede tener acceso a la información, del satélite, por medio del Wifi en la conexión del GPS.
En palabras de la Señora Concepción refiriéndose a la Cruz del Apostolado, escuchando a Jesús con expresiones que recuerdan nuestro Credo niceno-constantinopolitano actual, el 20 de julio de 1900: «Yo soy Luz de Luz, el cual, hago brillar especialmente en la Cruz del Apostolado. Mi corazón es la aurora que ilumina a todo hombre, y el Espíritu Santo es el Sol esplendente de este mismo divino Corazón. Que cesen las tinieblas de los errores […]; que triunfe la Cruz de mi Corazón, y con ella Yo, Jesucristo, con el Padre, y el Espíritu Santo »(CC., T., 14,435). «¿De dónde proceder toda la creación, sino de la fecundación del Padre? ¿De dónde está el Espíritu Santo fecundo al Dios-Hombre en María, sino de esa misma fecundidad de un solo Dios? De dónde proceder la gracia, los milagros, las virtudes y el santo amor, la caridad en todas sus formas y la santidad en todos sus aspectos, sino de esa fecundación, raíz, principio y vida de todas las vidas y de todo lo sobrenatural y divino »(CC., T. 55, 135).
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